La brújula es, después del mapa, el elemento más importante
para ser capaz de orientarse en un territorio desconocido. Su funcionamiento se
basa en la atracción magnética que ejerce la Tierra sobre los objetos
imantados, de forma que la aguja (imantada), siempre indique la dirección del
norte magnético.
¿Cómo manejar la brújula?
Paso 1 y 2: Elegir una ruta, colocar un canto de la brújula o una
línea de dirección uniendo los puntos de la misma en una recta de rumbo. Desde donde
estamos hasta donde queremos ir, o desde donde estamos en qué grados de
dirección queremos ir.
Paso 3: Sin mover la base de la brújula, giramos el limbo
hasta hacer coincidir las líneas norte-sur del limbo con las del mapa (ponerlas
paralelas), eso si, siempre con la flecha norte del limbo apuntando hacia el
norte del mapa.
Paso 4: Separamos la brújula del mapa, la tomamos en la mano, la
mantenemos horizontal y nos giramos hasta que el norte del limbo coincida con
el norte de la aguja imantada. Manteniendo esta orientación, la regla de
dirección de la base, es la que nos marca el rumbo a seguir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario